Acabo de visitar nuevamente "Casi en serio", el blog de Jacqueline, el cual escribe desde Montreal. Es fabuloso, lindo, refrescante, ella nos muestra esa ciudad canadiense desde su óptica muy particular y personal, es contagiante su estado de ánimo y uno llega a sentirse como si fuera parte de su aventura en esa nueva etapa de su vida desde que está en aquellas tierras. Gracias Jacqueline por dejarnos compartir tus experiencias y por darnos ese deleite visual que son tus fotografías de la ciudad, de las fiestas, de las calles, de los parques, de las flores y mil cosas más. Yo aún intento aprender a colocar fotos en mi blog, los experimentos no me han salido bien hasta ahora jajaja.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
domingo, 4 de noviembre de 2007
Volver a mi blog, organizar el tiempo, stop al trabajo abrumador... y otras reflexiones
Cuánto tiempo ha pasado, 2 meses desde la última vez que escribí por aquí. El problema es cómo organizar mi tiempo, siento que mi parte profesional está -nuevamente- consumiendo gran parte de mi tiempo... lo que no quería, es que ahora mi prioridad es mi beba y no quiero caer en aquello de llegar tarde a casa por culpa del trabajo: me sucedió hace como 3 semanas, cuando llegué a casa mi beba ya estaba durmiendo... no puede ser que nuevamente mis labores vayan a consumir mi tiempo que ahora no es sólo mío, ahora es de dos, de mi hija y mío.
Desde que soy madre tengo esa convicción de que quiero darle un vuelco a mi ocupación profesional, quiero hacer algo que yo disfrute y que me permira compartir mucho con mi hija. Ya el año pasado tuve que dejar mi curso de japonés por el trabajo, mi aprendizaje en flamenco también empezó a sufrir por ese cargo tan demandante, o debiera decir por un jefe tan demandante. Este último cuadra mejor. Luego vino otro jefe que me la puso verde cuando estaba embarazada, una de esas personas que si te encuentras en la calle eres capaz de cambiar de acera sólo para evitar un saludo forzado. Ahora, con un jefe más humano, flexible y comprensivo, comienza de nuevo a subir la marea, esa que si te descuidas empieza a inundar tu agenda y a ocupar más tiempo del que debería. Con decirles que corro al hogar a compartir con mi beba y me llevo trabajo para la casa, trabajo que -rayos- tengo que cumplir y ponerle mente para terminar. No, no, no, ¿en qué momento debo decir "stop"? No quiero que el trabajo me alcance en mi casa, mi refugio, es el refugio y así debe seguir siendo, el recinto sagrado donde todo te relaja.
Debe existir ese empleo que uno disfrute, que aunque en ocasiones sea más fuerte o tenga momentos de más movimiento, no consuma más de tu tiempo de lo que el contrato establece y por tanto, nos permita hacer las otras cosas que necesitamos para cubrir nuestras diversas facetas como seres humanos, porque no todo es trabajo. Estoy convencida de que no es una utopía.
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