Pero, volviendo a lo lindo de estar de vacaciones, tuve la oportunidad de viajar a Bogotá y quedé encantada. Que ciudad tan linda, muy europea, limpia, con mucha seguridad, su gente super amable, la comida riquísima. disfruté mucho, pero nadie disfrutó más que mi pulguis: brincó por todos lados, jugó a más no poder, se divirtió de lo lindo.
El momento o la nota discordante del asunto fue cuando decidimos dejar la visita del casco histórico para el 1 de mayo, pero ese día había una manifestación por ser el día del trabajador. La cosa se alborotó, la gente empezó a correr, lanzaron bombas lacrimógenas y tuvimos que correr -mis padres y yo con mi beba en brazos y turnándonos el coche que lo llevábamos a cuestas-. Caminamos y caminamos como por una hora aproximadamente, pasamos un susto.
Igual quedé encantada con la ciudad.
Y sigo de vacaciones...